Alfred Lewis Vail
Realizó estudios elementales en su ciudad natal y a continuación pasó a trabajar en la empresa de productos metalúrgicos de su padre Speedwell Iron Works en la que demostró gran habilidad en los trabajos de mecánica. Sin embargo su vocación era la religiosa y decidió prepararse para ejercer como ministro de la iglesia presbiteriana. Así en 1832 entró en la universidad de New York graduándose en 1836. Por esta época Vail se encontraba en un estado de salud poco satisfactorio y después de abandonar su idea de seguir estudios religiosos su futuro era incierto. En 1837 asistió casualmente, en su antigua universidad, a una demostración que Samuel F.B. Morse estaba llevando a cabo con su telégrafo en el laboratorio del profesor de química Leonard D. Gale. Vail quedó muy impresionado con lo que había visto y llegó a un acuerdo con Morse para poder tomar parte en los trabajos de desarrollo del telégrafo. Ni decir tiene que este hecho cambió totalmente su vida. El padre de Vail se comprometió a ayudarles económicamente y además les proporcionó un taller en su fábrica ubicada en la localidad de Morristown, N.J., para que su hijo y Morse pudiesen trabajar en la mejora del telégrafo. En realidad Vail realizó la mayor parte del trabajo, eso si contando con la ayuda del aprendiz William Baxter, y concibió una buena parte de las ideas que llevaron el proyecto a un éxito completo. Entre los nuevos dispositivos inventados por Vail hay que citar un telégrafo impresor, el primero de esta clase, que era capaz de imprimir ocho o nueve letras por minuto, y que nunca se llegó a usar de manera práctica. El acuerdo firmado por ambos en septiembre de 1837 establecía que Morse le otorgaba el 25% de los derechos sobre las patentes, pero que únicamente debía figurar en los documentos el nombre de este. Poco después, en octubre de ese mismo año, Morse presentó en la Oficina de Patentes una notificación previa para la solicitud de una patente (caveat) sobre su telégrafo, que le fue concedida en 1840 con el número US1647. El primer sistema de codificación empleado por Morse no resultó muy fiable. El siguiente paso también ideado por Morse era el empleo de números y su conversión del código, mediante un diccionario, en la correspondiente palabra. El diccionario constaba de unas 5.000 palabras, las más usuales del idioma inglés. Con la participación decisiva de Vail crearon hacia 1838 y revisaron en 1844, el universalmente conocido código Morse de puntos y rayas. A principios de 1838 Morse y Vail hicieron la primera demostración pública de su invento en la universidad de Nueva York. Después de esta demostración, la idea de Morse era la de tender líneas telegráficas a lo largo de todo el país, e intentó conseguir el apoyo político y financiero del Congreso de los Estados Unidos, pero sin obtener los resultados apetecidos, puesto que este rechazó su propuesta para concederle dicho apoyo. Morse y Vail continuaron trabajando en el perfeccionamiento del invento y en 1843, el Congreso aprobó, por fin, la concesión de la ayuda necesaria para que Morse pudiese construir una línea telegráfica entre Washington y Baltimore. De esta forma, el 24 de mayo de 1844 con Morse en Washington y Vail en Baltimore, se trasmitió el primer mensaje por esta línea: la frase bíblica What hath God Wrought! (¡Lo que ha hecho Dios!). El registrador utilizado en esta ocasión fue diseñado por Vail. Este mismo año Vail hizo una contribución que sería decisiva para el uso práctico del telégrafo, el manipulador, que en su primera versión era una simple lámina de metal accionada por el dedo del operador y que permitía de esta forma tan sencilla la apertura y cierre del circuito y por lo tanto la transmisión de los puntos y rayas del código. En 1845 Morse se asoció con Amos Kendall, encargándole la explotación de sus patentes. Kendall formó la Magnetic Telegraph Co. con Morse y sus asociados y se dedicó a la venta de derechos para la instalación de líneas por terceros. El telégrafo comenzó una rápida expansión por todo el país. En 1847 Vail fue nombrado operador jefe de la compañía. Desde este puesto jugó un papel fundamental en la instalación de nuevas líneas y en la resolución de problemas relativos al funcionamiento de los aparatos. Sin embargo en 1849 Vail dejó toda relación con el telégrafo y se retiro a su nativo Morristown. El papel de Vail en el desarrollo del telégrafo Morse fue clave, y al mismo tiempo su nombre apenas es conocido popularmente. El contrato que firmó con Morse en 1837 le impidió, por ejemplo, el figurar en patente alguna, siempre fue Morse el que recibió los honores y el reconocimiento popular. Fuentes consultadas / Sources Early days of the first line of telegraph. New England Magazine, 10(4), June, 1891. Encyclopaedia Britannica. Eyewitness to early American telegraphy. New York, 1974. The American inventors of the telegraph. With special references to the services of Alfred Vail. The Century Magazine, 35(6), April, 1888.
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